21.3.06

¡Entre bajo su propio riesgo!

Pasas por debajo de unas cuantas lianas ásperas que apenas pudiste esquivar...
Un nativo de Nefaria te da la bienvenida. Éste nativo no viste una sola prenda, ni se distingue por sexo, religión o raza. Es sólo un nativo, porque lo ha dejado todo atrás.
Obviamente, tú no piensas lo mismo, no has pasado por el ritual de iniciación que te han prometido tus amigos que te acompañan desde tu país. Para tí, el nativo es una mujer desnuda de pelos enmarañados y pies planos; piernas torcidas y abdomen gelatinoso.
Tratas de olvidarte de que viniste hasta Nefaria para ver tal atrocidad y cierras los ojos mientras escuchas a la mujer hablando en un dialecto desconocido.
Abres un poco los ojos y ves a tus amigos interesados en la plática. La mujer termina de hablar y se va. El chofer del camión les ordena a todos que se bajen.
¿Y a dónde irás? No conoces el lugar y está lleno, como ves, de peligros.
El camión se va y no lo ves alejarse, porque sólo desaparece.
"¿Qué dijo la mujer?" -le preguntas a uno de tus amigos que había puesto atención.
Tu compañero responde, como la mujer, en un dialecto extraño.
Parece que todos se dispersan en este lugar extraño. Decides dar una vuelta también, después de todo, ¿por qué tus compañeros aprendieron a hablar tan rápido y tú no? ¿Acaso no eras tan inteligente como ellos? Comienzan a atormentarte miles de preguntas y te inundan la cabeza que ahora te punza.
Pasan más las horas y comienzas a pensar que estás perdido...
"Ojalá le hubiera puesto atención a la mujer". De nuevo la cabeza se te llena, pero ésta vez es de ideas y remordimientos, no de preguntas superficiales.
Merodeas por mucho tiempo, no sabes cuánto pues en ese lugar parece que la Luna no se mueve... Comienzas a sentir hambre, pero después de instantes la olvidas, pues ahora tu objetivo sólo es encontrar a ese nativo que te habló al principio y nunca escuchaste. Sólo quieres disculparte, y que te echen de Nefaria por no haber puesto atención.
¡Una luz! Brillante como una estrella, pero bien cerca de la Tierra, te acercas más y más, lento, pero constante.
Es una aldea, grande y esplendorosa, llena de comerciantes, nativos.
El nativo que viste parado frente a tu camión aparece de la nada, pero tú ya no tienes dudas.
Se acerca a tí y te habla, al principio, con palabras incomprensibles, luego...
"Despójate de tus cosas por allá" -y señala un templo alto lleno de palmas y otras hierbas y hojas.
-"No necesito despojarme de nada" -contestas en el dialecto único- "Estoy preparado".
-"Bienvenido a Nefaria".

1 Comentarios:

A la/s 19:32, Blogger ana sofia dijo...

Gracias por tu comentario, estimada Karla.

 

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