Bésame
Perdona mis inexpertas mejillas, señor de la vid y sueño, que han pasado por penurias e inmersas se encuentran, más bien, ahogadas en esa piedad que les pides.No han aprendido suficiente a susurrar, no han practicado la mentira ni ejercitado el isignificante músculo primerizo que habita sus entrañas.
La risa es lo que alimenta sus tejidos. Lo que mantiene vivo y en forma a este par.
Permíteme tú, apuesto lado extraño, que mis mejillas ejerciten su mísero consuelo.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal