A vuelta de rueda
¿Qué tanto daño puede llegar a provocar subirse a un automóvil?
Acabo de descubrir que los choques, quedarse sin gasolina, bajarse a empujar, y todas esas cosas a las que, lamentablemente, clasificamos ya como "cotidianas", pueden ser las principales, sí, pero hay otra razón por la cual no te debes subir al automóvil con una persona de edad mayor manejando...
Acabábamos de comer. Salimos de la casa. Me aposenté en el asiento trasero del Stratus rojo de mi abuela. Teníamos que recoger a mi tío que llegaba desde Monterrey, ya nos esperaba en la terminal.
Mi madre viajaba como copiloto.
La pesadilla comenzó cuando me percaté que mi abuela no sabía llegar a la terminal, más que por un camino que excluía los ya muy conocidos y eficientes "puentes", a las que, por cierto, ella llamaba "jorobas".
Mi madre la guió para que se fuera por el nuevo camino, mi abuela, nerviosa y de mal humor, gritando "¿Ya? ¿Aquí me bajo?".
Los famosos "puentes" son vías de alta velocidad, cosa aún más preocupante, pues si mi abuela ya no veía coches adelante encajaba su pie en el acelerador rápidamente y, cuando visualizaba un automóvil de nuevo, metía todo el freno. Peor que una montaña rusa fue la experiencia.
Por cierto, ni mi madre ni mi abuela llevaban cinturón de seguridad, yo me lo puse en cuanto vi que mi abuela no estaba en sus mejores días...
No tan rápidamente llegamos a la terminal, así que yo ya tenía el estómago más revuelto que todas las propuestas presidenciales.
Gracias a San Manuel López Obrador, mi tío estaba de buen humor y accedió a conducirnos de regreso a casa, para que mi abuela ( y mi madre y yo ) descansara.
Espero, para la próxima, guardar una bolsita del Drive-Thru de McDonald's, de ésas de cartón, o, ya de perdido, una de Carrefour, porque, seguro, mi abuela querrá expander sus dominios.
NOTA: El auto en la fotografía no es el que está incluido en esta narración.
Acabo de descubrir que los choques, quedarse sin gasolina, bajarse a empujar, y todas esas cosas a las que, lamentablemente, clasificamos ya como "cotidianas", pueden ser las principales, sí, pero hay otra razón por la cual no te debes subir al automóvil con una persona de edad mayor manejando...
Acabábamos de comer. Salimos de la casa. Me aposenté en el asiento trasero del Stratus rojo de mi abuela. Teníamos que recoger a mi tío que llegaba desde Monterrey, ya nos esperaba en la terminal.
Mi madre viajaba como copiloto.
La pesadilla comenzó cuando me percaté que mi abuela no sabía llegar a la terminal, más que por un camino que excluía los ya muy conocidos y eficientes "puentes", a las que, por cierto, ella llamaba "jorobas".
Mi madre la guió para que se fuera por el nuevo camino, mi abuela, nerviosa y de mal humor, gritando "¿Ya? ¿Aquí me bajo?".
Los famosos "puentes" son vías de alta velocidad, cosa aún más preocupante, pues si mi abuela ya no veía coches adelante encajaba su pie en el acelerador rápidamente y, cuando visualizaba un automóvil de nuevo, metía todo el freno. Peor que una montaña rusa fue la experiencia.
Por cierto, ni mi madre ni mi abuela llevaban cinturón de seguridad, yo me lo puse en cuanto vi que mi abuela no estaba en sus mejores días...
No tan rápidamente llegamos a la terminal, así que yo ya tenía el estómago más revuelto que todas las propuestas presidenciales.
Gracias a San Manuel López Obrador, mi tío estaba de buen humor y accedió a conducirnos de regreso a casa, para que mi abuela ( y mi madre y yo ) descansara.
Espero, para la próxima, guardar una bolsita del Drive-Thru de McDonald's, de ésas de cartón, o, ya de perdido, una de Carrefour, porque, seguro, mi abuela querrá expander sus dominios.
NOTA: El auto en la fotografía no es el que está incluido en esta narración.
8 Comentarios:
Te agradezco la risa infinita que me originó tu crónica de la ida ayer a la central.
Hoy me dio risa, pero ayer me lleno de pavor.
¿Necesito decirte "igualmente"?
Gracias.
woooowww... me acabo de volver fan de tu blog; da gusto que almas tan jóvenes vean y sobre todo sientan con tanta amplitud la vida. Por cierto... a mí se me han escapado tantos cuando los tengo entre los dientes y en línea directa al corazón.
Bienvenida al blog: www.sedemasiado.blogspot.com
Un abrazo
me gusta tu forma de narrar las cosas, tienes un toque especial dando detalles y creando ambientes, ojalà sigas asì, y pulas al màximo tu forma de escribir.
Gracias por sus comentarios, de verdad que me siento halagada. Estaré al pendiente de sus escritos. ;)
ya tienes más fangs! que bien!, que chistosa tu aventura, a mi tampoco me gusta usar los puentes, pero los uso por que según es más rápido, y ps manejar, neel, la ciudad esta demaciado loca pa andar manejando.
Es algo atemorizante a veces, sí...
Ya escribe algo
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