5.4.06

El Aparador del Deseo


Pasar frente a un pedazo de vidrio nunca es tan doloroso como cuando caminas por el Centro Histórico de San Luis Potosí y te encuentras abrumado por la extensa cantidad de libros tanto en la Biblioteca frente a Plaza Fundadores, como en la Librería Española, sí, son los aparadores del deseo.

Camus, García Márquez, hasta Cuauhtémoc aparecen, esos nombres impresos en un montón de hojas con letritas que alcanzan hasta los trescientos pesos... Esas son las tentaciones de la vida, es un pecado capital, pues atormenta la vida del desafortunado que voltea sus bolsillos y encuentra la pastilla que le dieron cuando comió en un restaurante de mala muerte hace un mes. Esa es la desgracia que se vive hasta en mi casa, la diferencia es que algunos utilizan ese poco dinero que tienen lo utilizan en otras cosas, y, aunque suene a plática de Vive sin Drogas, ¿acaso no suena mejor "libro" a "coca"? ¿"Poesía" a "mota"? Y no hablemos de las consecuencias, porque seguramente les rompo sueños a varios... Leer no es malo ni aburrido, ningún libro lo es, el que convierte el libro en el mejor, somos nosotros mismos, con la mente y nuestra percepción del mundo. No es necesario tener un alto IQ para comprender un libro de Jean Paul Sartre, lo que es indispensable, es creer que lo entiendes, e imaginarlo, aplicarlo a tu vida, y leerás algo tan sencillo como tu autobiografía.

5 Comentarios:

A la/s 20:58, Blogger Sofia dijo...

No es porque seas mi hija, pero me encsnta leerte...

Ya sabes, nada en el refri pero ¿qué tal para cenar unas hojitas con harta imaginación?

Por cierto, tengo hambre...

 
A la/s 14:16, Blogger ana sofia dijo...

Nada mal... Como entrada, una novela; platillo principal, un caso de Sherlock Holmes XD; y de postre, una obra de teatro.

;)

Tengo hambre pero me duele el estómago...

 
A la/s 20:47, Blogger Sofia dijo...

Me duele la panza pero quiero seguir con la náusea (de Sartre, claro).

 
A la/s 18:23, Blogger ana sofia dijo...

Jajajaja... Va bien.

 
A la/s 00:45, Blogger Grajo Carajo® dijo...

Dicen que para todo roto siempre hay un descocido. Continúo escarbando y no dejo de sonreír a cada cosa que encuentro. Y respecto a su hambre, a pesar del día y la hora la comparto con ustedes, ¿les parecen bien unas quesadillas de micro?

 

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